Hoy he tenido que volver a ver mi corto de 2010 “Contranatura” para echar una mano a Isabel, quien trabaja para poder sacar adelante la versión de largometraje. Hacía muchos años que no lo veía, y lo cierto es que me ha roto por dentro. Mi visión ahora como padre, añadida a la que ya tenía como hijo, me ha hecho de alguna manera completar el puzzle que esta historia necesita, y desde la distancia, desde una separación de 11 años la objetividad ha hecho que pueda entender a esas personas que se emocionaron intensamente viéndolo en los festivales, incluso en la televisión, cuando alguien habló a mi hermana de “un corto muy duro y realista que vio en la tele anoche”, sin conocimiento de que lo había escrito y dirigido su propio hermano.
Una vez, saliendo Carina Björne del festival Curtocircuito donde lo presentó, una mujer la abrazó llorando, y le dio las gracias por sacar a la luz un problema al que nadie hace caso. Ese es el auténtico premio, llegar a visualizar un problema cruel y duro del que apenas se habla.
Como digo, con el paso del tiempo he podido completar esa visión, y gracias a la maravillosa interpretación de Pau Cólera y Carina Björne, queda plasmada la tremenda realidad de muchas madres y padres que pasan por algo así, y como el resto hacemos oídos sordos a pesar de verlo o sentirlo en quienes viven cerca de nosotros.