Cuando te llega la oportunidad de hacer una película que puedes escribir tu mismo, siempre asaltan las mismas preguntas. Preguntas que te quieren conducir a respuestas que te pongan en la palestra frente a la industria del cine. ¿Cuales son las reglas? ¿Qué camino debo seguir para visibilizar mi trabajo? ¿Qué género debo tocar para alcanzar tales festivales o tales plataformas?
Pero en mi caso creo que cuando ya se superan los 40 años, no hay que atender a este tipo de cuestiones, pues si nos ponemos a indagar en las condiciones para ser “fichado” por una productora, tal vez la edad sea también un requisito. Con lo cual no creo conveniente obsesionarse con conseguir el santo grial, sino hacer lo que a ti te guste realmente, y así concluir ese sueño que todos los realizadores ansiamos, como es contar una historia más allá de los 30 minutos.
Esta reflexión la he tomado después de muchos quebraderos de cabeza, después de analizar “el mercado laboral” y analizarme a mí mismo. Porque lo cierto es que siempre he hecho lo que me ha dado la gana sin pasar por el aro que en muchas ocasiones estaba bien visible y ponía en letras grandes “PASE USTED POR AQUÍ PARA ADQUIRIR EL EXITO DESEADO”. Pero lo cierto es que no soy una persona ni mucho menos obsesionada con trabajar de realizador profesional; mi trabajo como diseñador me llena y me gusta, y es posible que con una familia ya construida, solo tenga deseos de hacer cortos o películas que realmente me apetezcan, sin entenderlo como una carrera hacia el estrellato.
Tengo la oportunidad de contar una historia de hora y media. Libre de productores que quieran meter las narices. Con libertad y confianza por parte de quien la va a producir. Así que contaré lo que realmente me llene, y como a mí me parezca, sin reglas, sin condiciones ni recetas mágicas.
Siempre he dicho que si Tarantino hubiera aceptado meter actrices y reducir el tiempo de diálogos en Reservoir Dogs, nunca habría sido una película de Tarantino, tan solo una película más de unos protutores más… los mismos que ahora se dan de cabezazos contra la pared por rechazar sus condiciones.
No pretendo ser ningún Tarantino, ni nigun Spielberg, ya no da tiempo, tan solo pretendo contar la historia que a mi me apetezca, y como a mí me apetezca.

Ole Ole y Ole. Ojalá volvamos a coincidir. Un abrazo grande????
Elle ________________________________
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