He estado reflexionando sobre una presentación que hice en 2010 antes de que proyectasen mi cortometraje “Contranatura” en el festival Villa Mayor de Cine.
Hablé de la especie de transición que sufrimos los cortometrajistas con el paso del tiempo. Pasamos de querer enseñar nuestras historias, a la ansia de conseguir selecciones y premios… tanto es así, que llega un momento que ni miramos de que festival se trata, cuanto público asiste, o que criterios barajan… Directamente pasamos al coleccionismo de selecciones y premios, a engordar el cartel del corto con laureles de los que alardeamos en las redes sociales cual cazador enseñando sus cadáveres de conejo en una foto.
Llevo muchos años en esto, he sido director de festival, organizador, seleccionador, jurado… ahora sólo soy realizador, y experimento una especie de desazón frente a un trabajo terminado que debo corregir.
Yo soy de los que a principio de los 2000 proyectaba mis cortos en sesiones organizadas por amantes del cine en diferentes locales, bares o salas de Madrid… allí experimentaba la reacción del público, una especie de satisfacción o decepción como puedan tener los actores de teatro… acción directa, y eso, sin duda, me daba la vida.
A día de hoy todo es muy frio, los festivales son una especie de plaga, muchos de ellos con el mero afán de lucrarse con sus tasas, miles de festivales donde muchos cortometrajistas dejan su dinero para una selección que por lo general, no lleva a nada, tan solo a alardear durante unos minutos en redes sociales. Yo no pago más de 10€, y no solo eso, lo pago si conozco el festival, me da igual si es en Los Ángeles o en Chinchón, sigo manteniendo la cordura frente a este negocio que se han sacado de la manga, y que va a más cada día.
Ahora mismo quiero intentar volver a pensar como antes, contar algo que me apetezca sin trazas de pensamientos competitivos, como el de los festivales. Porque a día de hoy somos muchos los que estamos obsesionados por las selecciones… No, yo quiero volver a contar historias sin tener en cuenta los laureles… Quiero que me seleccionen para asegurarme un público, y no una medallita.
Estoy en ello.