La noticia corrió como la pólvora cuando Natascha Kampusch, después de 8 años secuestrada, logró escapar de su secuestrador Wolfgang Priklopil.
Escribió un libro llamado “3.096 días” que pronto llenó las tiendas y librerías de medio mundo, pero parece que la cosa se olvidó bastante rápido sin que ahora la gente recuerde nada de lo ocurrido.
Sherry Hormann se tomó la molestia de rodar una película que relatase todo aquel infierno que la niña de 10 años comenzó a vivir el 2 de Marzo de 1998. Y sobre ésta película quiero hablar.
Lógicamente se trata de una producción independiente de bajo presupuesto, pero no se necesitaba más que una buena dirección y un equipo básico para filmar esta cinta.
Se trata de una cinta que centra toda su atención en el infierno que la niña atraviesa desde su secuestro hasta su escapada. El director intenta resumir todo lo que la propia chica narra en su libro con una fidelidad digna de admiración.
Planos sencillos, iluminación fría y música escasa o inexistente… el propio sonido ambiente de sus pasos, de su respiración y de sus gritos consiguen envolverte en esta atroz aventura que un perturbado decide llevar a cabo un buen día.
Wolfgang Priklopil era un técnico de comunicaciones austriaco que toma la decisión de secuestrar una niña con el fin de estar acompañado…. tener una hija… una novia… quien sabe, el tipo estaba loco y no quedaba nada claro. Pero no lo decide en caliente, se toma su tiempo para planear como va a tenerla secuestrada de por vida, pues ese era su cometido.
Construye un bunker bajo su casa prácticamente imposible de descubrir, con cama, baño y poco más… unos 5 o 6 metros cuadrados donde la niña estuvo de principio a fin durante 8 largos años.
La película narra lo más destacado del libro, como su crecimiento, el cambio de cuerpo de niña a adulta, y por supuesto el cambio de moral del secuestrador ante estos acontecimientos. Palizas, maltrato, y aunque en la película no aparecen abusos sexuales, Natascha confesó que los hubo tiempo después de haberse filmado la película. Y es que era de esperar que un tipo que terminó durmiendo con ella, abusase sexualmente.
No hacemos spoiler si decimos que Wolfgang Priklopil se suicidó nada más enterase de que su prisionera se había escapado, pues se trata de una historia que prácticamente todos conocemos… pero lo interesante es ver y sentir todo ese atroz pensamiento que le mantenía con la idea de seguir reteniéndola.
Recomiendo este film encarecidamente, y por supuesto en versión original para no perder detalle de las maravillosas interpretaciones que se lleva a cabo.
Si te gusta leer, también te recomiendo el libro escrito de su puño y letra.