Estamos a un mes y medio de rodar el cortometraje LA PROEZA, un corto ambicioso donde no solo abarco un tema distinto a lo que vengo haciendo sobre terror, sino que se trata de mi proyecto de cortometraje más ambicioso. Un proyecto donde quiero dejar marcado un antes y un después en cuanto a factura técnica se refiere.
Hemos organizado un crowdfunding que venimos moviendo hace ya unas semanas, y debo reconocer que es difícil conseguir financiación de entidades, negocios y personas particulares, pues dar a cambio de arte es difícil, pero no imposible.
Quiero dar las gracias a mi equipo de siempre y a los que se han unido a formar parte de este proyecto que desborda ilusión y buen rollo. Las gracias a las personas que han puesto su granito de arena con una aportación económica, sin duda imprescindible, y a los que de manera altruista ceden su arte para conseguir el propósito fijado.
Desde esos que pueden y tienen, hasta esos que incluso en paro y con hijos han ofrecido lo que han podido… estos en concreto, tienen toda mi admiración y mi apoyo para lo que necesiten.
Gracias de verdad, GRACIAS en mayúsculas porque el cine es una forma de vida, porque se trata de un motor que arranca cada mañana y me llena de energía para seguir en esto de vivir. Gracias a tod@s vosotr@s por la confianza, por llenar esa sala en cada estreno, y por aparecer en los créditos de un trabajo que perdurará siempre.
Seguimos adelante, ya nos queda menos, pero con lo que tenemos, yo ya estoy comprometido a sacar adelante el mejor proyecto de mi trayectoria, y brindároslo con todo mi cariño.
Una vez más, y sintiendo el significado plenamente, GRACIAS.